Mi madre me regaló su mandolina porque no la usaba y claro había que estrenarla.
Y la estrené sí.
Primero hice estas berenjenas tan monas y luego me corté (era de esperar). Me hice un cortecito de nada, pero es que yo tiendo al drama...
Se preparan en un momento y salimos un poco de los canelones de pasta de siempre.
CANCIÓN PARA EL PLATO Good Song, de Blur

Ingredientes
· Dos berenjenas no muy grandes
· Dos puñados de espinacas frescas
· Media cebolla morada
· Un diente de ajo
· 100 g de queso crema
· Cuatro cucharadas de tomate frito (si es casero mejor)
· Una bola de mozarella fresca
· Orégano seco
· Aceite de oliva y sal
Preparación
Lava y seca las berenjenas, corta el rabo y luego las cortas por la mitad, así es más fácil pasarlas por la mandolina. Haz láminas finas y reserva en un bol con abundante agua y un puñado de sal, así van soltando el amargor.
Corta la cebolla y el ajo y sofríe, cuando esté la cebolla transparente añade las espinacas. Rehoga hasta que estén cocinadas y reduzcan su tamaño. Añade el queso crema, cocina un par de minutos más a fuego bajo, rectifica de sal y reserva.
Saca las láminas de berenjenas, sécalas bien. Pon un poco de tomate frito en el fondo de la fuente.
Extiende las láminas, coloca un poco del sofrito en un lado y ve enrollando, deja la parte del final hacía abajo, así no se abren. Cuando los hayas rellenado todos echa un poco de sal, cubre con el resto del tomate frito, la mozarella a trozos, el orégano, un chorrito de aceite y al horno precalentado a 200º durante 35-40 minutos.
Como guarnición puse cous cous con semillas y pasas. Pero admite casi todo lo que te apetezca.
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